miércoles, 27 de marzo de 2013

Seminario de los Ángeles. P.N Sierra de Hornachuelos

Seminario de los Ángeles. P.N Sierra de Hornachuelos.
24 de Marzo de 2013.




Ruta del Seminario de los Ángeles. P.N Sierra de Hornachuelos ( Córdoba)




Llevábamos toda la semana pendientes del cielo temiendo que el domingo la lluvia nos impidiese realizar nuestra salida. El día anterior cayó agua con fuerza y durante prácticamente todo el día, pero al levantarnos el domingo vimos con satisfacción más claros que nubes en el cielo. ¡Bien! ¡Puede que no nos llueva mucho! Así que veintiuna personas nos juntamos para empezar la ruta. Después de unas buenas tostadas y ricos cafés para coger energías, nos pusimos en marcha. Hacemos la primera parada para las oportunas presentaciones con el pueblo de Hornachuelos a nuestra espalda, con las “casas colgadas” de fondo por encima de las cuevas excavadas en la roca caliza sobre la que se asienta el pueblo y que además le da nombre, pues los locales llaman a estas cuevas “hornachos”

Bajamos hasta el inicio del sendero del Seminario de los Ángeles o de “Las Siete Revueltas” dejando una cuidada huerta con naranjos, pimientos, lechugas y unas preciosas acelgas de penca roja a nuestra derecha. Al llegar a la altura de la lámina de agua nos fijamos en la subpresa o presa de derivación del embalse (pues la presa principal está varios kilómetros aguas arriba), que en ese momento tenía todas las compuertas abiertas y soltaba agua con una energía digna de observar. Después de desear una buena jornada a los pescadores que aguardaban pacienciosos en la orilla del embalse a que sus cañas se doblasen, bordeamos una torre de captación de agua y empezamos a andar por el sendero propiamente dicho. Este sendero fue adecuado hace unos años por la Plataforma de Participación Ciudadana del ayuntamiento de Hornachuelos y señalizado como ruta de interés botánico. Durante los primeros metros nos deleitamos con los vuelos acrobáticos de golondrinas, aviones comunes, vencejos comunes e incluso un vencejo pálido, todas ellas especies migradoras que por estas fechas están llegando a nuestras latitudes procedentes del África Subsahariana para comenzar la época de cría. Bajamos la “Cuesta del Pitu” entre encinas, lentiscos, acebuches y espinos blancos y el ruido del agua del Arroyo de la Rabilarga nos llama la atención. Hace un par de meses que no existe ya nada del Puente Remolinos, fruto de este invierno tan lluvioso que hemos tenido, y el nivel de agua es más alto que en días anteriores por lo que las piedras que nos sirven de paso están prácticamente cubiertas de agua. ¡Empieza la aventura! Buscamos un paso alternativo, pero no lo hay, no hay remedio. ¡Nos tenemos que mojar! Unos descalzos cruzando el arroyo, otros saltando de piedra en piedra ágiles como cabras montesas y otros... otros acabamos con las botas encharcadas. No pasa nada, no hace frío y no nos íbamos a detener ante la primera (y única) adversidad. Nos escurrimos los calcetines y continuamos, chapoteando, nuestro camino. 

Estamos estrenando la primavera y los jaramagos, las borrajas, las vincas, las jaras blancas y alguna que otra orquídea están espléndidamente en flor. Nos paramos a observar la curiosa orquídea llamada “hombre desnudo” u “hombre ahorcado”, Orchis anthropophora, que tapiza una ladera a nuestra izquierda y un poco más adelante nos encontramos con Ophrys apifera var. apifera, la “orquídea abeja”, así llamada porque su labelo imita la forma y colores del cuerpo de las abejas.

Un coro de pajarillos nos acompañan durante la ruta: carboneros comunes, ruiseñores bastardos, mirlos, petirrojos que se niegan a abandonar tan agradable paraje, picos picapinos, pitos reales, verderones, verdecillos, currucas cabecinegra y capirotada, etc. Hacemos una parada para guardar silencio y escuchar e intentar diferenciar sus cantos, ayudados por alguna historia y curiosidad de cada especie. 

Continuamos entre algarrobos, encinas,cornicabras, retamas y jaras en flor y muchos pequeños cursos de agua que aparecen por cada ladera, emanando de la roca caliza. Estamos llegando ya al Seminario de los Ángeles, donde una austera orden de frailes vivía rodeada de un agreste y silencioso entorno. Hace unos metros que lo vemos frente a nosotros, junto a la cruz que lo precede y al Salto del Fraile, lugares todos ellos rodeados de leyendas, historias y trágicos sucesos. 

Los buitres leonados comienzan su actividad diaria al tiempo que el sol irrumpe con fuerza tras algún que otro oscuro nubarrón y calienta y crea corrientes de aire ascendente. Los tenemos sobre nuestras cabezas y nos permiten observarlos perfectamente con los prismáticos. 

Cruzamos el Arroyo del Silencio y alcanzamos un llano donde hay un eucalipto de enormes dimensiones y la “Fuente de los Tres Caños”. Bebemos del “amor”, de la “suerte” y de la “salud”, aunque sobre todo de la suerte, ya que los otros dos caños apenas echan agua. En este lugar, hacemos una parada más larga para contar la historia de la obra del cordobés Duque de Rivas, “Don Álvaro o la fuerza del sino”, que transcurre por estos lares. Además hay varias leyendas que exageradas con el paso de los años nos llegan a nuestros días en forma de distintas versiones, que entre todos ponemos en común. 

Como colofón final las cigüeñas negras nos sorprenden con sus elegantes vuelos sobre el Seminario y río arriba. Esta especie es uno de los valores naturales más importantes del Parque Natural, junto con el también amenazado buitre negro, y es un enorme privilegio poderla observar en su hábitat natural. 

Para rematar el tramo de ida de la ruta, subimos los últimos 200 ó 300m más empinados del sendero hasta la cruz del Seminario. Empieza a llover un poco, pero da igual, desde aquí tenemos unas vistas que nos quitan el aliento. No nos cansamos de hacer fotografías al impresionante valle encajado que forma el río Bembézar, a la mole de hormigón que es el Seminario, a la peña del Salto del Fraile y a nosotros mismos encaramados a las alturas. 

Volvemos para abajo, junto a la “Fuente de los Tres Caños”, para tomar un piscolabis y coger fuerzas para hacer el camino de vuelta, que ya hacemos más ligeros, parándonos sólo en aquéllos detalles que habían pasado desapercibidos en la ida, como por ejemplo, la Aristolochia baetica, una enredadera autóctona con unas curiosas flores y una más curiosa aún estrategia de reproducción. De nuevo hay que cruzar el Arroyo de la Rabilarga, pero ahora ya estamos más acostumbrados y además hace más calor, por lo que casi se agradece refrescarse en sus aguas. 

Finalizamos la jornada que resumimos, según dijo nuestra amiga Loli, como un día sin agobios pero con emociones. 

martes, 19 de marzo de 2013

Cerro del Hierro. Sevilla 17 de Marzo de 2013

Cerro del Hierro ( Sevilla )

17 de Marzo de 2013


Cerro del Hierro ( Sevilla )

En esta ocasión, nuestros pasos nos han llevado un poco más allá, en El Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. El objetivo de nuestra jornada era no solo la visita al Monumento Natural Cerro del Hierro sino el conocer y poder contemplar el majestuoso bosque de alcornoques y quejigos que se presenta perfectamente conservado en esta zona, sin poder olvidar el Rebollar que da nombre a nuestra primera parte de la ruta.

Poco a poco y a través de la Vía Verde de la Sierra Norte, nuestros pasos nos llevaron a las primeras instalaciones, ahora ya derruidas en su mayoría, de lo que antaño fue la mina a cielo abierto que el Cerro del Hierro albergaba tales como la casa mal llamada de los ingleses, las zonas del lavadero y carga del mineral, los edificios de descanse de los obreros, etc. Los participantes aprendieron como estaba constituido el trabajo en la mina, que tipo de minerales se extraían y en definitiva cual es la historia de este singular enclave.

Cerro del Hierro

Cerro del Hierro ( Sevilla )

Nuestro camino se fue adentrado en a lo largo de la falda del Cerro del Hierro, donde alcornoques, encinas y quejigos nos mostraron un bosque mediterráneo en todo su esplendor, aunque en este caso algo dañado por el fuerte temporal que recientemente ha azotado la zona. Fue interesante ir descubriendo la gran multitud de pajarillos que nos iban acompañando. Así, pudimos observar y escuchar al Herrerillo Común, Herrerillo Capuchino, Pinzón Común, Pito Real, Arrendajo, Pico Picapinos, Trepador Azul, Carbonero Común, que junto con la Jara Pringosa, Jara Blanca, Jara Rizada, Jaguarzo, Lentisco, Torvisco y un largo etcétera, sirvieron de aprendizaje para nuestros participantes.

Acompañados por un grupo de unos cuarenta buitres leonados, llegamos al bosque de Robles Melojos presentes en las inmediaciones de la mina desde donde accedimos al siguiente punto de nuestra ruta: la mina del Cerro del Hierro.



Allí, y aunque entorpecidos por la lluvia, se contemplaron las formas fantasmagóricas e increíbles que las rocas formadas en gran parte por calizas, pizarras y cuarcitas, han ido adoptando resultado en parte de largos siglos de erosión y por otra de la mano del hombre. Los participantes pudieron observar los principales minerales presentes, hematites, oligistos y limonita que junto con la cascada de calcita, son el reflejo del origen geológico de la zona, pudiendo comprender cuales fueron los procesos evolutivos que han originado que este Monumento Natural se nos presente tal cual es en la actualidad.















Una vez, visitado el Cerro del Hierro, nos encaminamos hacia el Área recreativa del Martinete, donde como colofón a nuestra ruta pudimos ver las Cascadas del Huéznar asentadas sobre travertinos calizos que no pudieron contemplarse en todo su esplendor debido a la lluvia. De esta forma, y tras habernos calentado con un buen cafelito, emprendimos nuestro regreso a Córdoba tras haber disfrutado de un fantástico día y de haber descubierto otra joya natural y geológica del territorio andaluz.











domingo, 3 de marzo de 2013

Moratalla, siente su magia. 23 y 24 de Febrero

Moratalla, siente su magia.

 23 y 24 de Febrero.



Palacio de Moratalla. Córdoba


Durante el pasado fin de semana, 23 y 24 de febrero, casi un centenar de personas se acercaron a conocer una de las joyas del Valle del Guadalquivir y la provincia de Córdoba. Se trata de los Jardines y Palacio de Moratalla.

Estos jardines tienen su origen a mediados del siglo XIX, siendo ampliados y parcialmente modificados, ya en el siglo XX, por el paisajista y arquitecto francés Jean-Claude Nicolas Forestier. Bajo propiedad de los Marqueses de Viana, fue residencia temporal de los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII. Gracias a su diseño y la historia paralela que envuelve el lugar, el Jardín de Moratalla, ha sido declarado Jardín Artístico por Real Decreto de 23-5-1983. BOE del l-VII-1983.

La empresa de ecoturismo y turismo de naturaleza CORDOBAVIVA, organiza y desarrolla las visitas a este espacio, desde Septiembre de 2011, en diferentes turnos matutinos.

Este fin de semana, incluso ante cierta posibilidad de precipitaciones, familias y grupos de amigos de toda la provincia se decantaron por esta alternativa cultural y de ocio. Aunque el recorrido se adentra en algunos de los salones y espacios interiores, el jardín, de 8 hectáreas, ocupa la mayor parte de la visita.

Las reacciones del grupo van desde asombro y la sorpresa hasta el desconcierto. El jardín lo componen diferentes fuentes y espacios íntimos, arropados por una densa vegetación, que mezcla imponentes árboles ornamentales, como los del Parterre Principal o la Pradera de la Violetas, con otras zonas casi integradas en el bosque de ribera del Río Bembézar, como la Fuente de Doña Leonor, o la Fuente de Recreo.

Palacio de Moratalla. Córdoba


Al final de la visita se llega a otro de los elementos más característicos de Moratalla, La Fuente del Venado, diseñada también por Forestier, y cuya estatua del ciervo, que corona el espacio, está atribuida a Mariano Benlliure, escultor barroco de principio de siglo.

Otro de los encantos del enclave, son los cambios estacionales que sufre el jardín. A día de hoy, en pleno invierno, las ramas peladas de algunos árboles y los naranjos con sus frutos y olores, le confieren al lugar un encanto único. Ya en primavera-verano, los agapantos y acantos en flor se mantienen cubiertos por los “monstruosos” plátanos de sombra, que generan un umbráculo fresco y húmedo.

Los Jardines y Palacio de Moratalla ya es un consagrado producto turístico más del Valle del Guadalquivir, comercializable para agencias y grupos. También se ofrecerá la visita guiada días concretos a lo largo del año, como fue el caso del fin de semana pasado.

Sendero del guadalora - águilas, p.n sierra de hornachuelos. 17 de Febrero de 2013

Sendero del Guadalora - Águilas

P.N Sierra de Hornachuelos, 17 de Febrero de 2013.


Sendero del Guadalora. P.N Sierra de Hornachuelos. Córdoba


A pesar de que la climatología no era la del todo deseada debido a la amenaza de lluvia constante, y aunque sabíamos que nos esperaba un largo recorrido, iniciamos nuestra ruta en el “Centro de Visitantes Huerta del Rey”. 


A poca distancia de aquí, el Sendero del Águila nos mostraba en sus inicios un paisaje inusual conocido como “Rompe piernas” o “Malandares”, donde pudimos observar estribaciones calizas reminiscentes del pasado geológico de esta zona y que se presentan entremezclados con un bosque mediterráneo bien conservado donde el alcornoque fue junto a la jara blanca, el romero, el matagallos, la salvia, y otra especies de flora nuestro acompañante durante esta primera parte del trayecto.

Tras atravesar el pueblo de Hornachuelos, pudimos apreciar como los cultivos de olivares y naranjos iban quedando atrás de manera que el paisaje primigenio fue poco a poco haciéndose protagonista. 
La Calera del Águila, el Mirador del mismo nombre y la Fuente del Puerco, constituyeron tres de los elementos que los participantes pudieron observar. Todos ellos, nos dieron una idea de a que eran dedicados en la antigüedad los terrenos por los cuales transcurrían nuestros pasos.

Antes de alcanzar el majestuoso bosque de ribera que el Guadalora presenta en esta zona, un ejemplar de Águila Culebrera hizo deleitarse a los participantes ante la majestuosidad de esta rapaz que volaba muy cerca de nuestras cabezas.


Sendero del Guadalora. P.N Sierra de Hornachuelos. Córdoba

Inmersos ya en el último tramo del Sendero del Águila y tras atravesar el Puente de la Esira, nuestros pasos nos llevaron al indicio del Sendero del Guadalora. 

Alisos, olmos, y almeces centenarios, nos llevaron a través de unos de los bosques de ribera más impresionantes y bien conservados que pueden contemplarse a través de los cuales el tiempo parece detenerse y nos hizo sentir que estábamos en un lugar remoto.

Tras atravesar el cauce del Guadalora, nos encontramos con el Molino de la Paloma, donde en la antigüedad se molía el trigo y que cuenta con un pequeño horno y una acequia bien conservada.
Desde aquí nuestra última subida, nos anunciaba que el final de nuestro recorrido se acercaba y tras atravesar terrenos de olivares y retomar fuerzas en la Fuente del Conejo, iniciamos el regreso al Centro de Visitantes no sin antes atravesar el increíble bosque de alcornocales que existe en esta parte y que reflejan el aprovechamiento económico del corcho que se realiza en el Parque Natural.

Ya cerca de nuestro punto final, la encina de los Arrieros puso el broche final a un fantástico día a través de este enclave natural, auténtica joya de la serranía de nuestra provincia como es el Parque Natural de Hornachuelos.

Sendero del Guadalora. P.N Sierra de Hornachuelos. Córdoba